Acompañar, servir y defender: una misión al servicio de los refugiados y migrantes
Un jesuita llamado Emilio junto a un pequeño grupo de voluntarios, en el año 2011, iniciaron en la ciudad de Tacna el trabajo con familias migrantes en tránsito a países vecinos, brindando orientación legal y asistencia humanitaria. El Servicio Jesuita a Migrantes –Tacna había nacido.
A finales del año 2014, Encuentros Servicio Jesuita de la Solidaridad, siempre de la mano del Padre Emilio, firma un convenio con la oficina Regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados – ACNUR, para brindar asistencia y protección a las personas refugiadas y solicitantes de la condición de refugio en Perú. Para el mes de enero de 2015, ya contábamos con dos oficinas de atención a refugiados y migrantes: en la ciudad de Tacna y en la ciudad de Lima.
El año 2017, marcó un antes y un después en los anales de la migración en la región y en el país. El Perú pasó de ser un país de tránsito de flujos migratorios de refugiados y migrantes colombianos, cubanos, haitianos principalmente, para convertirse en país de acogida de miles de personas de nacionalidad venezolana. Para ese año, y en coordinación con el ACNUR, abrimos una oficina en la ciudad de Tumbes con el compromiso de atender a las personas provenientes de Venezuela en búsqueda de protección internacional.
Para el año 2018, inauguramos dos nuevas oficinas, en las ciudades de Piura y Arequipa con el apoyo de MAGIS América, ese año firmamos un convenio de colaboración con Lutheran World Relief, esta nueva, sociedad además de que permitió fortalecer nuestro trabajo comunitario, permitió la creación de la Plataforma Virtual Ven Informado como herramienta que facilita la entrega de información confiable y segura a los refugiados y migrantes que decidieron elegir al Perú como país de destino.
Esta plataforma, a través de los meses, se ha consolidado gracias al equipo conformado por abogados, trabajadores sociales y psicólogos que reciben diariamente las consultas y preocupaciones de centenares de personas refugiadas y migrantes, donde se les escucha y con ellos se busca una salida a sus problemas. En tiempos de COVID-19, esta herramienta se ha convertido en un aliado fundamental para llegar a quienes más lo necesitan.
Además, contamos con Centros de Apoyo para Refugiados y Migrantes – CAREMI, inaugurados en los distritos de San Martín de Porres, San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores y en la provincia del Callao que se sumaron en el año 2019 a nuestro modelo de atención comunitaria.
No ha sido sencillo afrontar todos estos retos, han sido años de aprendizaje, de aprender haciendo. Nuestro compromiso de servir, acompañar y defender ha tenido su sustento en la esperanza de todas las personas refugiadas y migrantes donde puedan desarrollarse en igualdad de oportunidades, lejos de la persecución y el miedo. Creemos que es posible y por ello trabajamos día a día con la misión de que el cambio no es una ilusión.